2021-07-07
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Mindfulness en la educación: una herramienta para bajar el estrés de los estudiantes



Los chicos hoy se enfrentan a un nivel de estrés como tal vez nunca antes —al igual que los docentes.

La poca socialización y la falta de ejercicio físico, ambos claves para poder deshacernos del exceso de cortisol (una de las hormonas del estrés) en nuestro organismo, no hizo más que contribuir a un desequilibrio emocional en muchos chicos, que claramente podría empañar su desempeño escolar y social. Por otro lado, la escuela es un lugar que genera, ya lo sabemos, situaciones de estrés para muchos chicos: desde olvidarse el barbijo, pasando por una mala nota, no poder contestar una pregunta o situaciones de bullying, hacen que quienes hayan adquirido las herramientas para poder estar en eje, y manejar las emociones a su favor, y no en contra, estén mejor preparados para navegar las, a veces tumultuosas aguas, que corren por la escuela.
El mindfulness, que significa atención o conciencia plena, es una de las muchas formas de meditación que consiste en centrar la mente en el momento presente.

Si bien el mindfulness tiene que ver con aprender a estar en el presente a través de una serie de ejercicios de respiración, visualización o contemplación, de ninguna manera está asociado a ninguna religión ni con el yoga. Esta práctica tiene sus raíces en las neurociencias, y no el budismo u otras religiones.

El mindfulness se viene incorporando con éxito a los programas terapéuticos de reducción del estrés desde hace bastante tiempo. Se lo utiliza satisfactoriamente para sobrellevar el dolor crónico, aliviar el sufrimiento psicológico o mitigar la ansiedad y la depresión, y desde hace un tiempo a la fecha, se lo ha incorporado en la educación con resultados sorprendentes. Un estudio del año 2015, llevado a cabo por Schonert-Reichl, llegó a la conclusión que aquellos alumnos participaban de programas de educación emocional, que incluía la práctica de mindfulness, mejoraban en áreas de atención, memoria, regulación emocional, optimismo, niveles de estrés, y empatía. Otros estudios indican que los programas de mindfulness en las escuelas reducen el estrés y mejoran la atención de los alumnos.
Los estudios como el de la Organización Mindful Schools certifican que el mindfulness mejora o tiene un impacto en :

- La atención y el foco

- Mejores notas

- Mejor regulación emocional

- Mejor conducta

- Más empatía

- Mejores habilidades socio-emocionales

- Menos ansiedad en los exámenes

- Menos estrés

Hoy se sabe, la práctica de mindfulness en las escuelas, ayuda a los chicos a manejar la ansiedad, al brindarles herramientas para manejar sus emociones y el estrés.
Mindfulness es ¡prestar atención a prestar atención!

El mindfulness nos sirve de herramienta para ayudar a que nuestros alumnos puedan controlar sus destinos mentales y emocionales. Le da a la mente lo que el ejercicio al cuerpo: fortaleza, flexibilidad y salud. Todo esto produce una sensación de bienestar, mejora el clima en el aula e incluso, hay muchos estudios que lo asocian con una baja en el acoso escolar o bullying. El mindfulness ayuda a los alumnos a calmarse, a enfocar su atención, a interactuar mejor con los otros, todas habilidades importantes para una mejor trayectoria académica y social.

En los tiempos actuales en los que los niños están tan sobreestimulados, especialmente con la tecnología, enseñarles a calmar la mente y centrar la atención desde etapas tempranas y a conectarse mejor con los otros, afectará positivamente su salud, bienestar y desempeño académico.

El mindfulness consiste en una serie de ejercicios cortos que ayudan a los chicos a “bajar un cambio”, estar más centrados en el presente , es decir, a estar más enfocados con lo que está pasando ahora.

Idealmente, la práctica de mindfulness en las escuelas debería formar parte de un programa integral de aprendizaje socio-emocional y estar coordinado por algún profesional entrenado para tales fines, a cargo de alguno de los muchos profesionales idóneos que hay en el país.
Aprendizaje y clima institucional

Cuando la cultura institucional no promueve un ambiente seguro, se rompe el compromiso de los alumnos con el proceso de aprendizaje. Un clima institucional negativo genera barreras que afectan el aprendizaje.

Un programa integral de bienestar socio-emocional nos permitirá contar con más escuelas con un mejor clima institucional, clave para fomentar una mejor calidad de vida en las escuelas; es decir, que todos los actores de la escuela se sientan a gusto, que se produzcan altos aprendizajes y baja amenazas. Las amenazas son aquellas situaciones que generan que un alumno no se sienta tranquilo como para poder hacer una pregunta o cometer un error. Es decir, el mindfulness también colabora para contar con aulas sanas. Un aula sana es un aula en donde el alumno se siente seguro emocionalmente.

Después de todo, alguien que tiene miedo que lo carguen, humillen o expongan, no puede desplegar todo su potencial creativo.
Mindfulness para docentes

Claramente el docente desempeña un rol clave en el clima emocional y social del aula. Sin embargo, el estrés y el síndrome de desgaste profesional afectan sus vidas y la calidad de enseñanza.

El burnout, o síndrome de desgaste emocional, es un estado de agotamiento emocional, mental, y físico causado por un excesivo y prolongado estrés. Mientras ese estrés continúa, uno comienza a perder el interés o motivación que lo llevaba a hacer las cosas. En el estrés todo es mucho: mucha presión, que demanda mucho, física y psicológicamente. La gente estresada, de todos modos, cree que cuando todo se ordene se va a sentir mejor. El burnout, por el otro lado, es sentir que nada es suficiente. La persona se siente vacía, sin motivación, y ya no le importa nada. La gente que sufre de burnout no ve una salida.

Enseñar es una de las profesiones más estresantes que existen. El haber pasado de docentes que enseñan a docentes que aprenden en la pandemia, pasando por conductas disruptivas de los alumnos, la presión de los padres y autoridades de la institución, fechas límites, y demás, hacen que muchas veces se deterioren las relaciones entre docente y alumnos. El docente pierde su paciencia, le dedica menos tiempo al trabajo, se enferma más y algunos, hasta abandonan la profesión. La práctica de mindfulness por parte del docente ayuda a disminuir el estrés y el burnout.

Un docente centrado, que se siente bien, que está conectado y enfocado, y por sobre todo que concibe a su salón de clases como una comunidad, va a generar las mejores condiciones para que él pueda enseñar y sus alumnos aprender.

Es muy importante señalar que la formación y el desarrollo profesional de los docentes es una condición sine qua non para implementar cualquier tipo de programa de manera exitosa en el aula.

¿Y qué pasa con el tiempo? No es cuestión de tener tiempo, es cuestión de hacer tiempo para aquellas prácticas que sabemos ayudan a los chicos a encarar su educación con más y mejores herramientas. El mindfulness es fácil, simple, y no requiere de ninguna inversión, más que la de un docente idóneo en el tema. Si no es ahora, ¿cuándo?







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